EL SEPULCRO DE LA PIEDRA DEL CONDE


La iglesia parroquial de San Andrés de Serantes parece que fue edificada en la segunda mitad del siglo XII, en época de Bar­tolomé Yáñez de Villaamil, el primer titular de la casa solariega de Villaamil. Si bien existía en Serantes desde el siglo X lo que se llamaba un monasterio de herederos.

Sin duda lo más notable de la iglesia de Serantes desafortunadamente desapareció hace tres siglos. Desde la Alta Edad Media había existido en ella un mausoleo que fue denominado la Piedra del Conde, y que alcanzó una cierta notoriedad, ya que fue citado como monumento digno de mención en obras históricogenealógicas anteriores al siglo XVII. Sin embargo la información más con­creta de cómo era el sepulcro y de sus avatares está en el manuscrito histórico de Francisco Antonio Villaamil y Logares (1672-1732), escrito a principios del siglo XVIII.

A continuación reproducimos lo que sobre la sepultura en cuestión dejó escrito Francisco Antonio, omitiendo algunos párrafos divagantes y actualizando la ortografía y la puntuación:


1Una tercia era la tercera parte de una vara, y equivalía a 28 cm. Por lo tanto el sepulcro medía 1,82 m de largo, 56 cm de ancho y 42 cm de alto, y la cubierta 14 cm de grosor.

¿Quién era el conde enterrado en el sepulcro?. El conde Rodrigo Velaz y su hijo, o tal vez nieto, Alvarus Rodriguez potestas in Gallecia et in Suarone son sin duda los principales candidatos a la titularidad de la sepultura, junto con Ferrnando Yáñez, tenente de La Limia, (respectivamente tío, primo e hijo de Juan Álvarez —padre del primer Bartolomé Yáñez de Villaamil—). Aunque no se puede descartar algún antepasado de todos ellos como Vela Fernandi o Fernando Vermudez. De modo que el sepulcro sería datable probablemente entre los siglos XI y XII.

Francisco Antonio afirma que el sepulcro se sacó de la iglesia en tiempo en que esta se reedificó. Parece que se refiere a la reforma que tuvo lugar en el siglo XVI o XVII, en que se alargó la nave principal dos estadales (unos siete metros) y se levantó el campanario. Por tanto, esta sería la época en que se destruyó el sepulcro.

Habiendo sido la iglesia de Serantes construida por los antepasados de la familia Villaamil en el siglo XII, resulta cuanto menos sorpredente que los Villaamil de la casa solariega no sólo no impideran la destrucción del sepulcro de sus antepasados, sino que ni siquiera conozcamos reacción alguna por su parte. Lo cual, parece evidenciar una clara decadencia de la casa solariega ya en el siglo XVI o XVII, así como el fuerte poder del obispado de Oviedo.

A mediados del s. XX, doscientos años después de que Francisco Antonio escribiera esas noticias, no quedaba ya en la iglesia de Serantes ni en sus alrededores el más mínimo rastro de la Piedra del Conde. Aunque quizá, aún hoy, una minuciosa inspección de las paredes y tapias de las inmediaciones tal vez podría sacar a la luz por lo menos algún fragmento procedente de ella.
 

Fuentes bibliográficas y documentales

  • López-Cotarelo Villaamil, Antonio y Lino. 2005. «En torno a la parroquia de Serantes». Artículo publicado en el libro «Historia de Tapia a través de sus calles. Tomo III.» Ayuntamiento de Tapia de Casariego, Ediciones Nobel. Oviedo.
  • Villaamil y Logares, Francisco Antonio. 171x-1731. Manuscrito de historia del antiguo concejo de Castropol. Trascripción parcial de Antonio López Cotarelo, c. 1950.
 
 
 

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